Transformar la interpretación y traducción en la era del streaming

 

Podría decirse que la proliferación irrefrenable de plataformas de streaming es el signo de nuestros tiempos. Netflix, Amazon, YouTube, Twitch, Filmin, HBO, Disney, DAZN…
Los canales son cada vez más y más variados, y en ellos se ofrecen series, películas, deportes, contenidos de ‘streamers’, radio, televisión y un largo etcétera.

Una consecuencia directa de este auge de los servicios de vídeo online es que cada vez recibimos más producciones y trabajos extranjeros, lo que es sinónimo de contenidos en otros idiomas. Y es en ese punto donde aparece la traducción audiovisual, esa disciplina que sirve para que recibamos los elementos verbales de las obras audiovisuales creadas originalmente en otras lenguas.

Pero el trabajo del traductor audiovisual no es tan sencillo como puede parecer. Su labor no consiste en transcribir un idioma, sino que también tiene que “transcrear”
referencias culturales y juegos de palabras. Todo un reto, sin duda.

 

Nuevos retos para el sector de la traducción audiovisual

 

El crecimiento desenfrenado de los servicios de streaming en la era digital ha cambiado drásticamente el mundo de la traducción audiovisual. Las plataformas de contenidos en directo viven una época dorada y, por tanto, la figura del traductor es cada vez más requerida. No obstante, es posible localizar un problema fundamental: el traductor profesional casi nunca es valorado como se debería y quizás los recursos que se destinan a este proceso son menores de los que se requieren para una traducción profesional de los contenidos.

Los traductores audiovisuales trabajan en una industria que, aunque a priori puede parecernos todo lo contrario, está cada vez más precarizada. ¿Las razones?
Fundamentalmente son tres: los exigentes plazos de entrega, las bajas tarifas que perciben los profesionales que son contratados para realizar estos encargos y las
incómodas cláusulas de confidencialidad que complicar el trabajo tan perfeccionista que tiene que hacer un profesional en este tipo de obras.

A continuación vamos a repasar estos puntos uno a uno:

– Plataformas que marcan plazos de entrega demasiado severos

Según describió el portal web ‘Xataka’ en un extenso reportaje publicado en 2019, el tiempo que poseen los traductores para escribir el doblaje o subtitulado de una serie suele ser alarmantemente breve: en torno a tres días para un capítulo de unos 50 minutos, se dice en el reportaje. Aunque algunas grandes firmas suelen ser más laxas, por lo general los traductores audiovisuales juegan con unos plazos de entrega extenuantes. Lo ideal para que una traducción sea perfecta es que los plazos de entrega sean algo menos apretados y, en las obras audiovisuales realizadas con tiempo, presupuesto y profesionalidad, se ven los resultados.

– Bajas tarifas para los profesionales de la traducción

En un reportaje publicado en 2022 en ‘elDiario.es’, un testimonio contó que, normalmente, el precio de cada traducción se calcula por minuto de metraje, y que este
precio puede variar en función de si se trabaja con o sin plantilla, de la urgencia, de la dificultad del proyecto y del tipo de cliente.

Según se explicita en el reportaje de ‘elDiario.es’, las tarifas gestionadas a través de agencia rondan los 4 euros el minuto de metraje, aunque en los casos más flagrantes se llegan a aceptar ofertas que se mueven en torno a 1,5 euros el minuto de metraje. Como en cualquier sector, un presupuesto más reducido normalmente resulta en una peor calidad del servicio, de ahí que nosotros siempre recomendamos trabajar con agencias como Nuadda que tiene precios ajustados a la realidad de lo que suponen este tipo de traducciones.

– La espinosa cuestión de la confidencialidad de los contenidos online

Las plataformas de streaming quieren evitar a toda costa las filtraciones, lo que termina colocando más trabas y presión sobre los traductores. Con el fin de que no se
revelen cosas antes de tiempo, los traductores trabajan en ocasiones con guiones incompletos, con materiales en baja resolución y con incómodas marcas de agua. El
objetivo es acabar con la piratería, pero con frecuencia tal propósito termina complicando demasiado el trabajo de los traductores profesionales. Lo ideal es que
cuando se contrate una agencia se confíe en su profesionalidad para que puedan tener el guion completo y realizar la traducción con el contexto necesario, pero esto no es siempre tan fácil y depende de productores, inversores, etc.

 

Medidas para solucionar el problema de los traductores

 

¿Qué pasará con el futuro? ¿Cómo será el trabajo de los traductores en los años que vienen, en 2023, 2024 y adelante?

La Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España (ATRAE) aboga por fomentar la relación directa entre cliente y traductor o agencia de traducción, sin
intermediarios. De este modo nos aseguraremos que el proyecto es entendido a la perfección por quien debe realizar el trabajo y que el servicio que nos den sea lo más ajustado a lo que necesitamos.

En Nuadda llevamos a cabo proyectos de traducción de todo tipo desde hace más de 20 años y las traducciones audiovisuales son una de esas especialidades. Contacta con nuestro equipo para conocer más acerca de nuestros servicios para empresas.